La belleza inmóvil no provoca

Al menos esa creencia tenían en 1927 de la desnudez, si era inmóvil no provocaba las bajas pasiones.

He estado investigando desde hace tiempo porque en esos años a pesar de ser conservadores no veían mal que las actrices pasaran en poca ropa hasta que me tope con el siguiente artículo, publicado en la revista Cine Mundial en 1927.

El artículo «Esculturas vivientes» de 1927

Aquí mencionan que:

«El límite que separa la indecencia propiamente dicha del arte es….. El movimiento. Una estatua, por desnuda que esté, mientras no se anime es inocente, es inofensiva, ¡Artística! Si se animará y no la cubriese por lo menos una hoja de parra tradicional, el más puro arte se haría indecente

Ahí entendí porque aceptaban esas fotografías pero por menos censuraban películas, como escenas de besos.

Que curiosa manera de pensar que lo que divide el arte de lo indecente es el movimiento, entonces o tendríamos que taparnos o quedarnos como estatuas.

Mencionan que una compañía francesa, presento unos cuadros, atrayentes y sugerentes pero algo inmóviles entonces el público empezó a gritarles que se movieron y ellos al simplemente bailar charleston o rumba.

«se había borrado el límite que separaba la indecencia del arte»

Aquí el autor afirma que tiene amigos escultores y que ellos y sus esposas le aseguran que las modelos por más bellas que sean no invitan a malos pensamientos.

«El arte todo lo ennoblece y lo eleva. Conformes. Hasta las hermosuras de las grandes revistas pueden dejar su ropa en los camerinos sin miedo a que la carne al natural despierte tentaciones. ¡ No hay tentación posible, ni aún teniendo las al alcance de la mano! Las pobrecitas coristas, como las modelos, no son mujeres: son ángeles.


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